El joven y la profesora desobediente

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miércoles, 13 de enero de 2021

Las consentidas nenas de la Familia Moretti. Capítulo 3. La emboscada.

Tras algunas horas de viaje, llegó a la hacienda, de su viejo amigo Fabián Moretti. Fabián era el propietario y heredero de un holding familiar de empresas que abarcaban desde los seguros a la industria de la automoción, y desde centros comerciales a un astillero. Detuvo su Skoda frente al inmenso portalón negro de tres metros de altura frente al que moría una carretera privada de 2 kilómetros por la que había abandonado la carretera comarcal. Nacho se quitó el cinturón para llamar en el video portero, pero, evidentemente alguien lo vigilaba desde el otro lado del ojo electrónico, ya que sin darle tiempo a descender, se activó el automatismo de la puerta y el paso al vehículo quedó franco. Al iniciar el movimiento, el ojo profesional no pudo dejar de fijarse en las tapias de 3 metros que flanqueaban el inmenso portalón. Cables sensorizados recorrían toda la parte alta, y para mayor seguridad, detrás de este colosal muro se alzaba una colosal verja metálica de 4 metros de altura, con a su vez otra puerta automática. Los 5 metros entre muro y vayan se encontraban ocupados por un camino de arena fina, destinado a detectar posibles intrusiones. Un abundante conjunto de videocámaras mantenían la seguridad del recinto. Tras la segunda de las puertas recorrió a velocidad moderada los 500 metros que lo separaban de la entrada exterior a la hacienda de su amigo. Un muro de cantería y filigranas de hierro forjado de unas imponentes dimensiones servían de delimitación a la extensión de 30 hectáreas donde se situaba la casa familiar. Condujo por el camino empedrado que flanqueado de árboles y estanques llevaba hasta el frontal de la mansión. Nacho detuvo el coche y, antes de bajarse estiró sus entumecidos músculos. No le hizo falta llamar a la puerta, pues, en cuestión de segundos su viejo amigo salió a recibirlo a con una sonrisa iluminándole la cara.
- Ah,viejo amigo, … ¡el Tiburón del Gafos!, dijo riéndose Fabián mientras amagaba un directo en el pecho de su amigo, el tío más duro a este lado del Mississippi, y ambos hombres se fundieron en un abrazo.
- Ya conoces a mi esposa, Alma.
Velasco miró a la hermosa mujer que le sonreía junto a su amigo. Vestida con un ajustadísimo vestido sin mangas que la ceñía desde el pecho a los tobillos, y ataviada con unos tacones de 12 centímetros, Alma, frisando los 50, era sin duda hermosa en aceite esencial. A la cintura ceñía un cinturón dorado al que se encontraban enganchados unos fastuosos grilletes dorados con pedrería que mantenían sus muñecas justo allí, a la altura de la cintura.
Sin duda, una restricción muy liviana para una mujer de esa clase social.
- Alma, Santo Dios, estás preciosa. Algún día te preguntaré por ese pacto tuyo con el dios del Tiempo…. O donde guardas tu Retrato de Dorian Grey.
Todos sonrieron y la anfitriona y el recién llegado se saludaron con efusivos besos cuando la mujer se inclinó sobre sus delgados tacones.
- Chicos, os dejo, quetenéis que hablar. Cariño, voy a continuar con los preparativos. ¿Vas a estar en tu despacho de verano?
- Sí, espero no tardar mucho.
- Te quiero.
- Y yo….
Alma se alejó caminando grácilmente e iluminando su paso con su belleza madura. A Nacho se le iluminaron los ojos mientras la contemplaba caminar, hecho que no pasó desapercibido a un divertido Fabián. Eran amigos desde hace muchos años como para enfadarse por ello, y más aún, sabía a de la total fidelidad de su amigo el investigador privado.
- Tienes suerte, Fabián….. su amigo respondió con un gruñido de satisfacción. ¿Vas a invitarme a una maldita cerveza y a explicarme por qué me has hecho venir?
- Sí.
- ¿Sí a qué?
- A las dos cosas, mamarracho.
Unos minutos después los hombres estaban sentados en el despacho estilo colonial que se abría en una balaustrado sobre un patio interior con abundante vegetación tropical rodeando una fuente y un pequeño estanque.
- Camarada, te he pedido que vinieras porque me voy de vacaciones. Sin duda más de uno hubiera pagado por ver la expresión de incredulidad en los ojos del invitado.
- Espera, hombre, antes de ponerte a caminar por el techo déjame explicarte, que luego me cuesta un cojón de pato limpiar las huellas del yeso…
-Tú sabes de mi posición, y sabes que, aunque nunca hice una canallada, sí que es verdad que no siempre he jugado limpio de todo con mis competidores. Y eso me ha granjeado enemigos. Las palabras de Fabián eran ciertas, el negarse a hacer negocios con tratantes de chicas, negarse a cerrar tratos con mercaderes de la muerte, le había enemistado con mucha gente, muy peligrosa al otro lado de la ley. Y, el haber regado alguno de sus contratos con alguna comisión al funcionario de turno para obtener ventaja con algún competidor le había enemistado con mucha gente, muy peligrosa…. pero a este lado de la ley.
- Sigo sin ver que relación tiene esto conmigo, remató Velasco… ni con tus vacaciones.
- Veras, Tiburón, sabes que tengo dos hijas…
- Mellizas, las vi por última vez hace dos años, eran encantadoras... aunque, recordándolas bien, tu mujer tiene dos hijas…. Tú no lo sé…
- Vaaale, pues este es el tema, las chicas siempre han estado con nosotros, han recibido sus clases en casa, y han se han desenvuelto en círculos sociales de los alrededores, sus amigas, son chicas de por aquí, como ellas.
- ¿Y?
- Pues que han acabado su instituto, y han presentado su solicitud de acceso a la Universidad Femenina de Innsbruck.
La Universidad Femenina era una prestigiosísima institución que educaban a las señoritas provenientes de los más rancios abolengos de todos los países. Las egresadas no sólo eran conocidas por su solvencia académica, sino que la etiqueta que exigía la institución era la más exigente, marcando un standard en cuanto la restricción del cuerpo femenino.institución era la más exigente, marcando un standard en cuanto la restricción del cuerpo femenino.institución era la más exigente, marcando un standard en cuanto la restricción del cuerpo femenino.
- Sigo sin entenderte, amigo.
- Pues verás, que este año, las chicas no quieren venir con nosotros de viaje, y eso que era un viaje por toda Asia, dos meses para conocer bien las distintas culturas, señaló Fabián un tanto afectado. Dicen que quieren quedarse para estudiar y prepararse para la prueba de acceso.
- ¿Y? , literalmente , Nacho parecía a punto de ponerse a caminar por el techo, ¿No me habrás hecho venir para hacer de canguro de dos mocositas, por más encantadoras que sean?
- Tranquilo, apañero, déjame acabar. No, no quiero que seas canguro de nadie. Ya te he contado que mis chicas han dado clase en casa, y tú conoces a Alma desde hace muchos años y sabes como es. Mis niñas no saben lo que es un corsé apretado de veras, sus zapatos habituales son de tacones de tan solo 10 o 12 centímetros…. Y los monoguantes sólo para fiestas de guardar... pffffff, resopló el preocupado padre. Ya ni hablamos de lograr un orante inverso, ni siquiera en las ocasiones más especiales. Como no aprieten en eso, y no sólo en el estudio, ya pueden despedirse de Innsbruck. Fabián pegó un sorbo de su cerveza, y continuó, y, aunque te tengo en estima y reconozco que eres un tipo culto, me temo, que no eres el tipo adecuado para encauzar la situación.
- ¿Entonces? Y de reconocer, que tienes razón en lo que has dicho. Deben de apretar, y esas pruebas, serán en Junio supongo, dentro de 10 meses… ¿Por qué estoy por aquí? Por más que me guste tomarme una cerveza contigo, 7 horas de coche se me antojan muchas.
- He contratado a una institutriz, es egresada de Innsbruck, aunque no tiene experiencia, se recién licenció el pasado año. La negativa de mis hijas a viajar fue tan precipitada, que las institutrices con más referencias estaban todas comprometidas.
- Joder, Fabián, bueno es saberlo… Ahora.. ¿me voy?, ¿te miro?, ¿te doy un puñetazo?... ¿Que quieres de mi?
- Muy sencillo, dijo Fabián tornando su afable cara en un gesto serio, quiero que las cuides en mi ausencia. Tengo enemigos, lo sabes, y conmigo fuera solo hay un hombre del que me fie. Quiero que seas mi Jefe de Seguridad. Tienes a tu disposición uno de los dos departamentos del pabellón de invitados. Sueldo, 50.000 Euros al mes, si te sirven, si no, lo que me digas.
- No es el dinero, Fabian…
- Por favor, tío duro…
- ¿Cuanto tiempo tengo para pensarlo?
- En 40 minutos estoy saliendo para el aeropuerto…
- O sea, que es una emboscada, sonrió mientras negaba con la cabeza un cada vez más atribulado investigador privado…
- Sí, una emboscada, como en los viejos tiempos, campeón.
- -Dios…. No tengo ni maleta…
- Hay sastre en la Hacienda, y una tarjeta de crédito negra sobre tu mesilla de noche…. ¿Qué me dices?
- No se puede decir que no a un padre, termino rindiéndose el inspector privado. Solo una cosa, tengo una secretaria, quiero contar con ella, no me puedes decir que no ahora, compa….
- Contratada. El salario que digas, háblalo con mi apoderado. Se podrá alojar en el anexo de viviendas del servicio, no es el pabellón de invitados, pero créeme, supera con mucho el nivel de los pisos residenciales esos vuestros de las ciudades.
Ambos hombres se levantaron y se estrecharon las manos. Mientras tanto, justo en ese momento, las puertas de la finca se abrían para franquear el paso a un Mini Cooper negro, conducido por una misteriosa joven conductora de ondulado pelo rojo y enigmáticas gafas negras.
- Mmmm…. Parece que ya tenemos a toda la tripulación a bordo.